domingo, 8 de junio de 2014

Los sádicos


Esta vez traigo la historia de dos verdaderos demonios con características parecidas principalmente en lo sádico que eran 

Andrei Chikatilo

chikatilo-monstruoChikatilo tuvo desde adolescente problemas de impotencia sexual que solo superó de manera extremadamente patológica, tal y como descubrió al tener su primera erección fuerte en el momento en que, antes de cometer su primer asesinato, cortó a una niña desnuda (de la que iba a abusar) con un cuchillo, sintiendo gran excitación al ver la sangre. Cabe aquí mencionar que sus víctimas eran generalmente menores de edad de sexo femenino, y que la juventud de las víctimas, al igual que la obtención de placer sexual mediante actos sádicos, manifestaba que Chikatilo, a través de sus crímenes, intentaba aliviar el sentimiento de impotencia que tenía por las humillaciones sufridas. Baste saber esto para entender el resto y lo que experimentaba al matar y después de matar, pues las palabras del monstruo son muy claras: “En los actos sexuales perversos experimentaba una especie de furor, una sensación de desenfreno. No podía controlar mis actos. Desde la niñez me he sentido insuficiente como  y como persona. Lo que hice no fue por el placer sexual, sino porque me proporcionaba cierta paz de mente y de alma durante largos periodos. Sobre todo después de contemplar todo tipo de películas sexuales. Lo que hice, lo hice después de mirar los vídeos de actos sexuales perversos, crueldades y horrores”.


Alexander Pichushkin
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Este asesino admiró a Chikatilo e intentó superarlo. Mataba con un martillo y era un verdadero sádico. Matar lo hacía sentirse importante en tanto que afirmaba que les abría la puerta al más allá a sus víctimas, a la vez que le reportaba sádico placer pues, según admitió, le gustaba el sonido que hacían los cráneos al partirse… Citaremos ahora una conocida declaración suya: “Para mí, la vida sin matar es como la vida sin comida para ti. Me sentía como el padre de todas estas personas, ya que fui yo quien les abrió la puerta a otro mundo.”. Menos conocidas son las palabras quePichushkin dio en una entrevista al tabloide ruso Tvoi Den, y que muestran su gran sadismo: “La vida humana no es demasiado larga. Es más barata que una salchicha. Mi abogado: lo abriría y cortaría como un pez. Lo habría matado como a un insecto, y habría recibido tanto placer en el proceso. Lo cortaría y haría cinturones con su carne. Pero en cuanto a recordar a todos que maté, quién y cuándo y dónde, eso yo no lo recuerdo. Ni siquiera me importa como para recordarlo”